El tema central de este Blog es LA FILOSOFÍA DE LA CABAÑA y/o EL REGRESO A LA NATURALEZA o sobre la construcción de un "paradiso perduto" y encontrar un lugar en él. La experiencia de la quietud silenciosa en la contemplación y la conexión entre el corazón y la tierra. La cabaña como objeto y método de pensamiento. Una cabaña para aprender a vivir de nuevo, y como ejemplo de que otras maneras de vivir son posibles sobre la tierra.

domingo, 20 de septiembre de 2015

Goces contemporáneos o la velocidad del vacío






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EL AMOR EN LOS TIEMPOS DEL WhatsApp
Por: Ernesto Anzalone


“El significante se localiza en la radio, en el teléfono, en la computadora, en otros objetos, y hay cada vez más objetos que se fabrican para hacer circular el significante cada vez más rápido y para estar permanentemente en condiciones de recibirlo.”

Jacques-Alain Miller (2006)


Antes culpábamos a la represión sexual en nuestra sociedad por todo aquello que encontraba su causa en la imposibilidad de la relación sexual, y desde esa perspectiva, la “liberación” sexual de finales del siglo XX vendría a “arreglar” esa falla. Sin embargo, para el psicoanálisis, tanto la represión cuanto la liberación son diferentes formas que, desde lo social, han intentado un “tratamiento” de esa falla intrínseca. Algunas de las modalidades de goce que antes eran rechazadas, encuentran en nuestros días formas ordenarse por medio de los gadgets creados por el discurso capitalista.

Antes teníamos el club del barrio, boliches, bares, pubs, lugares posibles para que los desconocidos dejasen de serlo, sólo por la mera contingencia de encontrarse al mismo tiempo en el mismo lugar. Pero en nuestros días, esos desconocidos dejan de exponerse a ese encuentro imprevisible.

La tecnología nos permite evitar ese encuentro, y tenemos una larga historia de búsqueda por tecnologías que nos permitan postergarlo. Podemos considerar que desde la carta, el telegrama, el teléfono, el email, hasta el WhatsApp, hemos progresivamente construido métodos más inmediatos, y cada vez más cortos, para evitar el encuentro, o por lo menos para posponerlo, hasta conocer al otro lo suficiente sin tener que encontrarlo.

En el último año, varios amigos y hasta colegas me han mostrado la última novedad en sus vidas amorosas: una aplicación. Por ese medio buscan partenaires, como en un catálogo. Pasan páginas con fotos, gustos, edades, localización geográfica, y marcan aquellos que les gustaron.

La tecnología, bajo la forma de la última aplicación exitosa, va creando pequeñas “modas” digitales, fiebres de redes sociales y aplicaciones que intentan engañar a la imposibilidad. Y no deja de ser sorprendente la forma en que procuran ese engaño.

Si usted conoce a alguien nuevo, posible nuevo partenaire, puede, con una aplicación, descubrir lo que los anteriores partenaires amorosos consideraban sus mayores virtudes y defectos. Si usted desconfía de la fidelidad de su partenaire, existen aplicaciones para saber donde está en todo momento. Si usted quiere ser infiel, puede usar una aplicación exclusiva para infieles. Si usted quiere olvidar a alguien, puede, con una aplicación, borrar digitalmente esa persona de sus fotos o, siendo más radical, eliminar todo rastro de esa persona de sus redes sociales. Y si después de todo esto usted se siente solo o, lo que parece ser peor, las personas lo ven solo, puede contratar una novia falsa para su facebook. En nuestros días, existe una aplicación para cada goce.

Las redes sociales y las aplicaciones son productos, objetos para ser consumidos, creados por el discurso capitalista, que buscan dar un “marco” a los síntomas de los sujetos y una continuidad en su goce. Un producto que aparenta ser gratuito, pero que pagamos con nuestros “me gusta”, con nuestras publicaciones, o sea con nuestro goce. Lo que las redes sociales exponen, no es sino lo que a cultura contemporánea produce: sujetos entrampados en sus propios goces.

Nuestra vida online tiene un peso cada vez mayor. Y no es solamente porque para algunos psiquiatras europeos, no tener una cuenta de facebook es considerado un indicador de psicopatía, sino por el valor que ponemos a lo que se muestra en las redes sociales. Podemos encontrar muchos ejemplos de eso, como el caso del juez de Paraná que el año pasado reconoció un pedido de pensión alimenticia basado “en un relación” del facebook del hombre. O el caso de una mujer en la India que pidió el divorcio, pues su marido no había cambiado su status de relación para “casado”.

En el cortometraje “Noah” (2013), vemos la vida online desde la visión de su protagonista, un joven como tantos de nuestros días. Delante de una pantalla de computador, él tiene una videoconferencia con su novia, mientras al mismo tiempo mira videos porno y conversa aleatoriamente con otras personas, hasta que la comunicación es interrumpida por una falla en la conexión, la digital; la otra conexión fallaba hacía más tiempo. El protagonista empieza entonces a creer que su novia va a terminar con él, y movido por la ansiedad, entra en elfacebook de ella (él tenía la contraseña, lo que es considerado una prueba de amor en nuestros días), leyendo todos sus conversaciones. Convencido de la ruptura inminente, él mismo cambia el status de relación de ella para “soltera”. Cuando ella lo descubre, se pelea realmente con él y lo bloquea en el facebook. Uno queda impresionado con lo vertiginoso de las acciones del protagonista, que entra en chats aleatorios, hablando con desconocidos y haciendo contactos que duran instantes, que no hacen lazo.

Podemos considerar que en la progresiva disolución del lazo social, lo que aparece en su lugar son justamente las redes múltiples, que parecen traer la ilusión de intercambio, de complementariedad, con una mayor labilidad, pero con un empobrecimiento del mismo.

Como en el cortometraje, el sujeto contemporáneo parece nunca estar solo, en lo que podríamos llamar de “soledad acompañada”, que le permite establecer redes y mantener al mismo tiempo, una soledad que deje a salvo del encuentro.

Las pantallas de nuestros gadgets, aquellas que nunca se apagan y nunca nos dejan solos, parecen haberse convertido en una solución sintomática, un velo que permite esta “soledad acompañada”. Evitando el encuentro con el imposible de la relación sexual, de la que cada vez menos queremos saber, los sujetos se sumergen en una relación “celxual”.


BILBIOGRAFÍA

Cederberg, P. e Woodman, W. , (Directores). (2013) Noah [Cortometraje].Canadá. 
Godoy, C., (2012) Em: Mulheres de Hoje. Recuperado el 21 de Noviembre de 2012. http://www.amazon.com/Mulheres-Hoje-Portuguese-Edition-ebook/dp/B00A4GVGL2/ref=sr_1_2?ie=UTF8&qid=1357325331&sr=8-2&keywords=mulheres+de+hoje 
Lacan, J. (1988) La tercera. En: Intervenciones y textos 2. Bs. As.: Manantial. 
Miller, J.A. (2001) Una nueva modalidad del síntoma. en: Virtualia1. Recuperado el 7 de Agosto de 2008, de http://www.eol.org.ar/virtualia/
___. (2005) El Otro que no existe y sus comités de ética. Bs. As.: Paidós.
___. (2006) La psicosis ordinaria. Bs. As.: Paidós.
Tomado de: http://virtualia.eol.org.ar/030/template.asp?Dossier-ENAPOL-El-Imperio-de-las-Imagenes/El-amor-en-los-tiempos-del-WhatsApp.html 

Fuente: http://nel-medellin.org/blogel-amor-en-los-tiempos-del-whatsapp/

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http://www.infobae.com/2012/05/30/650661-fin-el-mito-del-doble-chequeo-whatsapp
http://www.youtube.com/watch?v=D5zaF61DeJQ
Jacques Lacan, El Seminario; Libro 21, “Los no incautos yerran”, clase del 18 de diciembre de 1973.Inédito
The Guardian: Edward Snowden, Chelsea Manning and Julian Assange: our new heroes
http://www.theguardian.com/commentisfree/2013/sep/03/snowden-manning-assange-new-heroes
Jacques Lacan, El Seminario, Libro 21, “Los no incautos yerran”, clase del 15 de enero de 1971.







YOU NEED TO SEE THIS 17-MINUTE FILM SET ENTIRELY ON A TEEN'S COMPUTER SCREEN


Noah, a short film that debuted at the Toronto International FIlm Festival, illustrates the flitting attention span and lack of true connection in digital culture more clearly than anything else in recent memory. (Warning: NSFW)

These words are probably unfurling inside one of many open tabs on your computer screen. Perhaps one tab is for work, one is for chatting, and another is for Twitter. You probably even have some others open for no particular reason. This is the way we receive information and the way we communicate now: constantly, simultaneously, compulsively, endlessly, and more and more often, solitarily. This strange new mode of living—and its indelible effect on our humanity—is perfectly captured in a new short film that debuted this week at the Toronto International Film Festival.

The 17-minute, mildly NSFW Noah is unlike anything you've seen before in a movie—only because it is exactly like what many of us see on our computers all the time. Created by Canadian film students Walter Woodman and Patrick Cederberg, the film begins when our high school senior protagonist types in the password that opens up his laptop, and the narrative takes place entirely on his computer screen.



From the desktop photo of a young couple posing for the camera, we learn that Noah has a girlfriend. Their relationship serves as the centerpiece of this cautionary tale about digital culture. Through Noah's perspective, we see the way the couple communicates, either in Facebook chat or Skype, with him flitting through any number of other online activities at the same time, while approximating being present for their conversation. Things really get interesting, however, when our protagonist hacks into his girlfriend's Facebook account. The rest of the film deals with the fallout from this act.


Lending the project authenticity is the filmmakers' attention to detail. From the screen names (a friend calls himself "Kanye East") to the casual cat photo-related deceit in the couple's relationship, it all seems remarkably lived-in and now. Noah assumes the viewer is familiar with certain modernities like the function on Facebook that shows precisely when a sent message has been seen, and uses these to rewarding dramatic effect. Also commendable: either Woodman or Cederberg took the time to curate a "Cuddle Jams" playlist, which gradually slides from Donna Lewis to Metallica.

 
Cuddle Jams <3

Lest you think that watching some couple Skype sounds boring, though, this thing moves at the speed of an ADD-afflicted hummingbird, zooming in on key pieces of information as Noah learns them, before zipping off to follow what he does with the new intel. It doesn't matter how far removed in age you are from the characters, if you are digitally savvy enough to be reading this article, Noah will hit uncomfortably close to home.

While the creators of the video figure out the next phase of its distribution, we are temporarily ceasing our stream of the film in this post. Check back soon, though, for when we reinstate it, and in the meantime have a look at some images from Noah in the slides above.


Un adolescente frente a la pantalla del ordenador:





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