El tema central de este Blog es LA FILOSOFÍA DE LA CABAÑA y/o EL REGRESO A LA NATURALEZA o sobre la construcción de un "paradiso perduto" y encontrar un lugar en él. La experiencia de la quietud silenciosa en la contemplación y la conexión entre el corazón y la tierra. La cabaña como objeto y método de pensamiento. Una cabaña para aprender a vivir de nuevo, y como ejemplo de que otras maneras de vivir son posibles sobre la tierra.

lunes, 26 de mayo de 2014

Canción para no morir de espanto



Plaisir d'amour: Un regalo de corazón para el corazón.

Recomiendo que subas los altavoces, que cierres los ojos y que sueñes un poquito que falta hace en esos tiempos que nos ha tocado vivir. Y... ¡sigue buscando la belleza que hay en tu corazón!









viernes, 23 de mayo de 2014

El corazón de la tierra





  
"Luciano practicaba a menudo esta experiencia: sentir la verticalidad del eje que conectaba su corazón con la tierra y así sentirse enraizado en ella”


Luciano caminaba pausadamente y cabizbajo por el sendero pedregoso que lo llevaba a lo alto de la Solana. Cada tarde, era su costumbre andar entre la madeja de caminos entrelazados que, como redes, rodeaban los campos de su memoria. Luciano se dejaba llevar, se abandonaba como quien busca un sentido a la vida que no tiene, y se perdía en la memoria, un patrimonio muy devaluado en estos tiempos de la inmediatez de las muevas tecnologías.
Desde lo alto del cerro y a sus pies, el paisaje de su infancia, el punto cero de su recorrido vital. Una pequeña colección de minúsculas aldeas equidistantes que se desparramaban por un extenso valle de cereales. Uno de ellos era el suyo propio, aquel del cual se marchó en un tiempo de despoblaciones rurales y desarrollismos en las ciudades.
Mientras contemplaba con quietud ascética el paisaje, una acompasada sombra del aspa de un monstruo de acero con pies de hormigón de 130 metros de altura, cortaba como una ráfaga imperturbable cada siete segundos su rostro, un rostro curtido por el peso de los años y por una vida labrada de esfuerzo a mucha distancia de su Teruel interior.
Luciano estaba jubilado, mejor dicho, jubilado a la fuerza, prejubilado por un ERE, esas siglas posmodernas y neoliberales que, como la misma ráfaga cortante del aspa afilada, cambió su vida y su propia visión del futuro.
Luciano fue un viejo luchador, testigo de todas las luchas sociales de su tiempo, que emigró de una tierra dura y viva, como otras gentes, para dejarse la piel en las fábricas del desarrollismo y conquistar un bienestar social que ahora nos quieren arrebatar.
Luciano finalmente dejó la ciudad, y con los bártulos de toda una vida regresó a esa tierra que le vio nacer, con una infancia de pocos juegos, con trabajos de sol a sol y a la luz de la lumbre en las largas y frías noches de invierno, esos inviernos que endurecen el carácter del hombre y adquieren un valor moral.
Mientras se dejaba arrastrar por sus pensamientos, sus ojos vislumbraban un valle de parcelas geométricas, como un caleidoscopio de colores, verdes en primavera y doradas en verano, que destellaban cada vez que el sol se asomaba entre nubes blancas y algodonosas de una tarde sin nombre, en medio de un paisaje donde la luz del cielo es intensa, los cambios de la meteorología inesperados y el viento sopla, a veces, con una fuerza desmedida.
Luciano se recreaba en una infancia poblada por masas arbóreas y huertas regadas por un enjambre de acequias que formaban un oasis en tierra seca. De aquellos árboles ya quedaban pocos, la economía productiva de la concentración parcelaria priorizaba la explotación privada de la tierra en menoscabo del bien común. Acequias taponadas, tala de árboles, fuentes desecadas, ríos desvitalizados, linderos desdibujados por una usura sin control.
Unos pocos chopos cabeceros poblaban aún los lindes de este tablero de ajedrez agrícola donde la figura del rey sería el que posee más tierra y la figura del peón, un desterrado. El campo, el paisaje y el territorio se habían convertido en una metáfora del delirio posesivo y destructivo de un ser humano que dejó de sentir la tierra a sus pies, que explotó y dejó de cuidar y amar el territorio como su propia casa, la casa de los padres, la de los hermanos y la de sus semejantes.
Luciano recordaba aquel viejo molinero que, cuando implantaron la concentración parcelaria en los alrededores de su molino de agua, se plantó heroicamente delante de las máquinas para impedir con su gesto el taponamiento del desagüe de la acequia ante los depredadores de siempre. Actos tan valerosos de desobediencia aparecen hoy como más necesarios que nunca, ante el servilismo al nuevo orden económico que prioriza los beneficios de unos pocos por encima lo humano.

Luciano ha sufrido en sus propias carnes una historia de desmanes. Toda una vida de sacrificio para llegar a una jubilación cercenada, paro y recortes sociales de todo tipo. ¿Ha perdido la fe, se ha vuelto descreído?
Luciano sabe que este territorio despoblado de Teruel sigue siendo la codicia y diana de los depredadores, los mismos depredadores de siempre pero con diferentes nombres, trajes, apoyos y argumentos.
Luciano sabe de su particular melancolía y que ahora, a vista de pájaro, la concentración parcelaria le parece un mal menor comparado con las nuevas desmesuras que revolotean sobre nuestras cabezas en estos tiempos de miseria, crisis y precariedad. Un Teruel verde amenazado por el detritus: minas a cielo abierto, bosques metálicos de aerogeneradores, trazados eléctricos de líneas de alta tensión, fracking (extracción de gas del subsuelo), etc. Él sabe que el amenazante cuchillo de las aspas aceradas de los monstruos de la Solana no van a cortar sus esperanzas. Ante un territorio amenazado por un gran vertedero abierto, Luciano sabe, como aquel viejo molinero que se plantó ante las máquinas, que la única opción de futuro es CUSTODIAR EL TERRITORIO y que el impacto ambiental sobre dicho territorio también supone un impacto mental en el ser humano.

Luciano seguirá ejercitando la memoria, sabe que el ejercicio de la memoria tiene un efecto preventivo ante la amenaza de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer, pero también sabe que la memoria es un patrimonio histórico y cultural, y que su ejercicio es un antídoto para la desmemoria, la desmesura y la desertización de las futuras generaciones.
Mientras Luciano permanecía absorto en sus sensaciones, una ligera lluvia inoportuna empezó a descargar desde una nube pasajera arrastrada por vientos del norte. Frágil, sensible y vibrando de energía como un junco, se sintió conectado con su corazón porque sentía la tierra a sus pies. Para alejar los fantasmas de la razón, Luciano practicaba a menudo esta experiencia: sentir la verticalidad del eje que conectaba su corazón con la tierra y así sentirse enraizado en ella.

Agustí Guilera
Colectivo Sollavientos
Ilustraciones: Agustí Guilera


jueves, 22 de mayo de 2014

Geología para una nueva cultura de la Tierra






MANIFIESTO "Geología para una Nueva Cultura de la Tierra"

Las asociaciones, colectivos y personas que firmamos el presente manifiesto lo hacemos movidos por el respeto hacia el patrimonio geológico como parte de nuestra naturaleza irrepetible y también de nuestra identidad territorial.

OBSERVAMOS que las sociedades avanzadas valoran cada vez más la cultura científica de la Tierra. La gea se descubre como auténtico laboratorio de divulgación, aprendizaje y recreo, y la exploración de sus secretos se incorpora a la oferta del turismo cultural y el eco-turismo. Algunas administraciones públicas dan ya a esta realidad emergente un estatus legal con la declaración de Lugares de Interés Geológico o con la incorporación de los conceptos de geodiversidad y geoparque a la legislación protectora del medio natural.

SABEMOS que la Geología ha tenido un papel destacado en la exploración y explotación de los recursos del subsuelo, y que ha apoyado a la Ingeniería en la construcción de las grandes infraestructuras civiles que vertebran y nutren el sistema socioeconómico. Pero en nuestra ‘sociedad del conocimiento’, DECLARAMOS LA NECESIDAD de una ciencia al servicio no sólo del desarrollo y la innovación, sino también de la sostenibilidad, la salud y la armonía del planeta.

En este contexto, CREEMOS que la Geología cobra una dimensión formidable como ciencia que nos permite comprender la dinámica de la Tierra, el tempo y la escala de sus procesos, y también las consecuencias de nuestra intromisión en ellos. Así, las ciencias de la Tierra irrumpen en campos nuevos como la protección ambiental y la prevención de catástrofes naturales, a la vez que aspiran a superar la incomprensión con que nuestra sociedad recibe a veces sus aportaciones cuando éstas contravienen los intereses dominantes. Hoy sabemos que no es posible nuestra supervivencia como especie sin una adaptación inteligente a la dinámica del planeta.

RECONOCEMOS que, desde hace milenios, la minería ha sido una actividad profundamente transformadora del medio físico y de las colectividades humanas. Nos ha provisto de materias primas con las que hemos construido herramientas y viviendas, nos ha ayudado a sobrevivir y ha favorecido el desarrollo de nuestra economía y nuestra cultura. Pero también ha producido un hondo deterioro en los paisajes y en las relaciones sociales; de la mano del colonialismo, en todas sus facetas y etapas históricas, la codicia desmedida que con frecuencia desata ha levantado y hundido la economía de regiones y países, ha devastado territorios y ha esclavizado pueblos. En un mundo que comienza a ver la necesidad de ajustar el crecimiento a los límites que imponen el tamaño y los recursos del planeta, a la vez que proclama el valor universal de los derechos humanos, NO ENTENDEMOS que la minería del siglo XXI pueda seguir practicándose bajo los supuestos y principios de antaño.

Por todo ello, MANIFESTAMOS, que se hace necesaria una Nueva Cultura de la Tierra, una nueva mirada sobre nuestro planeta que sustituya la depredación de sus recursos materiales por la búsqueda honesta de la sabiduría que emana. Que reemplace la prioridad del beneficio de quien explota y comercializa los recursos por el derecho de la humanidad a su bienestar y a evitar el fracaso de la explotación ilimitada. Una Nueva Cultura de la Tierra que es también nueva cultura del Agua, del Clima y de la Vida. Geosfera, hidrosfera, atmósfera, biosfera y antroposfera deben integrar un sistema en equilibrio o colapsarán por el eslabón más débil. Los humanos, una especie animal más entre los millones que pueblan y han poblado la Tierra, somos unos recién llegados a este hogar común y no podemos arrogarnos el derecho a ser sus administradores únicos. Mucho menos, a malbaratarla como si nuestra generación hubiere de ser la última en habitarla.

Aguilar del Alfambra, 4 de junio de 2011

El Colectivo Sollavientos, http://sollavientos.blogspot.com.es/, la Plataforma Aguilar Natural y el CEA ÍTACA son los colectivos y entidad que han apoyado este manifiesto que cuenta con una muy expresiva y didáctica ilustración deJuan Carlos Navarro.

lunes, 19 de mayo de 2014

Memoria. ¿Algo ha cambiado Mr. Dylan?



Ilustración: Agustí Guilera (Barcelona, 1979)

¿Algo ha cambiado Mr. Dylan?
¿Qué ha cambiado Mr. Dylan?
¿Algo ha cambiado Mr. Dylan?
¿Qué ha cambiado Mr. Dylan?
¿Algo ha cambiado Mr. Dylan?
¿Qué ha cambiado Mr. Dylan?
¿Algo ha cambiado Mr. Dylan?
¿Qué ha cambiado Mr. Dylan?
¿Algo ha cambiado Mr. Dylan?
¿Qué ha cambiado Mr. Dylan?
...



¿La revolución del poder financiero aplastando los derechos humanos?

¿Las políticas neoliberales desmantelando años de luchas sociales?


¡Tú si que has cambiado Mr. Dylan!
(Mr. Dylan vende su alma a la publicidad de un banco)

















domingo, 18 de mayo de 2014

Memoria. El acantilado



Cala d'es Portixol - Eivissa
Faro de la Mola



¿En qué lugar? 
¿Era Formentera? Lo recuerdo. Eras difusamente joven y a pesar de que tus ancestros cabalgaban silenciosamente en tu memoria solo tenías 17 años. Desde lejos el aire traía los sones distorsionados de la banda californiana del momento Creedence Clearwater Revival. La vida era un impulso que revoloteaba como una avispa buscando el néctar, mientras tú estabas sentado en una metálica silla verde de una metálica mesa verde de la terraza de aquel bar cerca del acantilado. 
Empezaste a caminar al compás de -Blowin' in the Wind- por la carretera que finalizaba en el acantilado del faro de la Mola con los pies desnudos y deseoso de encontrar la fusión de la arena, el cuero, el sudor, la piel, el sol y tu química cerebral desparramarse en múltiples destellos por el universo.
Al final de la carretera, y a tus pies, hallaste la inmensidad azul del Mediterráneo pero también hallaste, sin buscarlo, la inconmensurable incertidumbre de tu propio futuro en el horizonte.

Gus Cierzo
(18/5/14)









viernes, 16 de mayo de 2014

El Árbol (2)



"Si tu trigo ha perdido la memoria, búscala en la savia de los árboles que cobijaron a tus antepasados, escucha a tus árboles y resonarán en ti los ecos de tu existencia ancestral."

("Flor de jara y candor" del Herbario sonoro de Raúl de Tapia para el -Bosque habitado- de Radio3)